jueves, 7 de agosto de 2008

EL VERDADERO PACTO PAPI Y MAMI


He visto con preocupación la divulgación de un supuesto pacto Papi y Mami. Lo han vinculado a personajes políticos del acontecer del estado Anzoátegui. Alegan que los dirigentes partidistas dan el apoyo a Mami , si acompañan a Papi.

Se equivocan. El pacto papi y mami ha existido desde siempre en Venezuela, y ha tenido como encubridores al "Niño Jesús" y al "Ratón Pérez".

Sí señores. Papá y mamá siempre han querido engañarnos, y para ello hicieron un pacto. Creen ustedes que debajo del arbolito o cerca de la cama aparecían los regalos por "obra y gracia" del Señor.

No era un niño empañalado que cargaba una bicicleta con un saco blanco, como yo me lo imaginé. No era un ratón, a quien yo aseguré ver muy parecido al de Energizer (casi una rata). Ahora ¿dónde están las cartas y los dientes que como inocentes entregamos a nuestros padres para que ellos sirvieran de interlocutores ante aquellas majestuosas creencias de escolares de camisa blanca?. Falsos ilusionistas de niños.

Porqué dignificar ahora el pacto papi y mami con los partidos políticos, si a quienes deberíamos criticar están envejecidos viéndonos crecer.

No sólo con los bucales de leche y el nacimiento del redentor estaban compaginados los progenitores, sino con aquella frase: pregúntale a tu papá; era parte de un ciclo maligno que ya tenía un final. Quienes queríamos ir al parque de diversiones o al Paseo Colón, veíamos truncados los planes al ver una negativa que parecía objetiva y desligada.

Ilusos que fuimos, pues la componenda estaba armada. Como si la decisión de mi papá iba a parar a mi mamá de la cama para llevarnos.

No quiero profundizar. Son muchas las cosas que ahora recuerdo, como los viajes sorpresivos al médico y el olvido de los dulces por parte de papi o mami.

Si bien la verdad persigue todo lo expuesto, hay algo que supera todo esto. Un abrazo amigo y un beso sincero de mami o papi, calmaba el desespero de una mala calificación, una caída, la soledad de los apagones, o lo peor de este mundo; CORTARSE EL PELO.

domingo, 20 de julio de 2008

Mamarracho Superhéroe - Epónime de un Niño


Entre el sonar del celular y el cumplir la pauta de un periódico, se me olvidaba que tenía un espacio que debía recuperar. Hoy descubrí que hay quien me lee. Juan Luis me reclama de vez en cuando un escrito, y esta tarde descubrí que el nombre de este blog, llama la atención, sino, pregúntenle a Esther. Aquí les va algo....


El Mamarracho Superhéroe - Epónime de un Niño


En las escuetas ocasiones que me conecto al messenger, aparezco con una foto que muchas personas dicen que se parece a mí. Pero hubo quien me increpó sobre el significado de la fotografía.
Aunque nunca me había puesto a pensar qué significaba, tuve una respuesta inmediata. De esas que salen una sola vez, y que para repetirlas, debes hacer química "orgásmica".
Sólo me hizo falta mirar la foto, y conocerme. Era yo. Evidentemente, no había duda.
Es un Superhéroe, pero que le tiene miedo a los malos. Su única arma es la verdad y la razón, incluyendo un poco de inocencia. Su tamaño lo hace grande, porque tiene que duplicar el esfuerzo para llegar a las cosas que se dicen altas.
El color de su traje recuerda lo feliz de su existencia y el tambaleo de sus antenas vislumbra la libertad por la que siempre trabaja. Su sonrisa, siempre inerte, la entrega sin miedo, y mientras el mundo se cae a sus pies, busca una solución ilógica que lleva a la razón y al entendimiento.
Para quienes me conocen, sabrán que el Chapulín es un Superhéroe que tiene su deformación con un loco que odia cortarse el pelo y que ama lo que hace. Un pequeño de traje que hace creer que existe una verdad por la que hay que luchar todos los días al despertarse, y que guarda sus poderes al quitarse los lentes para ver comiquitas, antes de descansar, preparándose para luchar por la Justicia con la llegada de un nuevo Sol...

jueves, 20 de marzo de 2008

Mirar para creer...


Ayer me di cuenta que era enano...
Salí de la ensamblada puerta del edificio que me arropa todos los días.
Mi papá me dijo que por favor llevara el periódico. Obstinado del olor a tinta en rotativa, hice todo lo posible para no conseguirlo. Ya me sabía cuáles eran las noticias de hoy.
Mi mamá me encargó una medicina, por si acaso. Es que ella siente miedo de quedarse sin sus fieles amigas.
Con los encargos, y las ganas de olvidarlos, pisé el pavimento, y vi cosas inmensas que me llevaron a pensar que era muy pequeño.
En la acera de enfrente estaba un padre cargando a su hijo a quien le calculé dos años, si no, menos. El niño estaba encantado con las orejas de aquel señor que parecía su padre.
Tanto dio el inocente que le tumbó unos anteojos que cargaba. Yo lo veía, y éste no hacía nada por recobrarlos. A los pocos minutos me di cuenta que era ciego, y nadie lo ayudaba.
De prisa corrí, y cerca de una bolsa que se acostaba en la calle estaban los anteojos oscuros, de esos grandes.
El niño me quedó mirando por unos segundos y el señor seguía sonriendo, pues sentía la respiración de su terruño sin tener unas gafas por delante.
Iba a ser yo quien rompiera esa alegría, y agachado quedé como sin vista, y al tratar de ver al hombre, me di cuenta que era muy alto, y quizá nunca llegaría a su mano.
Mi rasca de refresco de naranja del día anterior hizo ese efecto de mareado, que al terminar, me llevó a entregarle al sujeto sus lentes.
Me sentí ínfimo ante aquella imagen, y es que una vez me dijo un trabajador del hospital donde solía buscar mi información para el diario, que los pequeños son bienaventurados, pues tienen el lujo de ver más grande a Dios.

Pd: Les debía escribir, pero es que hubo cambios de jornada. Ahora estaré un poco más descansado, y podré escribir con regularidad.

sábado, 16 de febrero de 2008

Adiós porque seremos vecinos... Parte I


Yermana no había ido, y yo llegué un poco tarde. En la oficina estaba la señora Yadelcy y la negra Yrama en su puesto de siempre. Jenni quería hablar conmigo y la Mirelita me buscaba para abrazarme. La señorita Reina desde su oficina hablaba con la señora Neudys, quien organizaba la llegada de los muchachos en la tarde.

Roberth terminó por irse y Hermano, Eder y Peter esperaban por Nino para poder partir a las pautas. Era un día normal para ellos, y para mí el último en una casa que llaman El Nuevo Día. El día transcurrió normal para quienes esperaban comenzar el fin de semana, pero yo quería que fueran las horas más largas de mi vida, y observar cada rincón de aquellas paredes que me cobijaron en mi inocencia, en mi timidez y en la suspicacia de un enano que quería comerse el mundo.

Cada línea que llenaba en las páginas eran dedicadas a todas aquellas personas que me pasaban por la mente. Algunas se conectaban, y aprovechaba para agradecerles. Mi China, mi Madre, mi Negra, mi Mejor Imposible, mi Flaca, entre otras personas que me ayudaron a ser quien soy.

Mi compadre, hermano y tocayo Ingemar Leonardo González me llamó para hacer los pases. Jajajaja mis pases. Cuánto salvaron a la hora de pasar datos. Despedí mi contacto telefónico con el mejor compañero de trabajo que he tenido, comprometiéndome a continuar con una excelente camaradería.

Nadie me decía nada. Todos se hacían los locos, hasta que llegó er Man. Kike levantó sus cejas y dijo, lee bien la última nota que escribes. Llegó el final de la tarde y los veía de acá y de allá. Mi pecosita fue por mi, y ya la botella que me regaló Ysrael estaba enfriándose, la señora Yadelcy no quiso estar y Rovitza se tuvo que ir. Estaban ahí para mí, entre comidas y bebidas que organizó la negra de sonrisa más bella de ese diario.

El Kike me hizo llorar y la Rol se quedó con la ganas de darse los besos conmigo. La Yiya me quería botar desde temprano, pero no le di el gusto y la Negra me las recostó para despedirse de mí. Era hora de irme con mi refresco de uva en la mano, no sin antes realizar la foto que cierra una historia muy especial.

En fin, me fui dejando lo mejor de mí, y aunque hubo una Pepita de Los Palotes en el camino, pudimos hablar, abrazarnos, reunirnos y echarnos broma. Conocí a muchas personas; gomositos, chiripas de lavardora, hermanos, compadres, perras, tetanas, misses, robertas, peter cachapas, negras por montón, piazos de de viejos, jefas, man y hasta a alguien que llaman Corina.

Muchachos espérenme, ustedes me enseñaron más que un salón de la Universidad

domingo, 10 de febrero de 2008

Hasta siempre hermano silente

Yo nunca imaginé escribir el suceso de un amigo, y en mi rebeldía con la vida, no lo hice. Me niego a irrespetar el vínculo de relación única que existe entre los humanos, es por eso que recordé los bueno y especial de Mi Pana Joan


Ayer se fue un pana periodista, Joan (Diario El Nuevo Día 10 - 02 - 08)


Unas placas, un modelo de carro y su color no importan, cuando en el mundo se llora la partida de un excelente ser humano.

Joan ayer salió para encontrarse con Dios, en medio de la tristeza de quienes lo queríamos acá. Con nosotros, y no importa si las leyes del periodismo no permiten la primera persona, siempre estuvo el amigo incondicional que escuchaba pausadamente así como su actitud ante la vida.

Este muchacho cobija en los corazones de cada uno de sus compañeros de trabajo en Nueva Prensa de Oriente y de sus colegas de calle de todos los medios de comunicación, quienes aprendieron de su sentido único de entender las cosas y su inocente verdad de la vida.

No pienses Joan, que seguramente editas ésta y otras notas desde la biblioteca del cielo, que te olvidaremos tan fácil, pues eres reflejo de profesionalismo, y ejemplo de hombre en el mundo terrenal.

Adiós está demás, hasta siempre es lo correcto. Ahora cuando más te necesitamos partes para cobijarte con la virgencita y su hijo, y ya te vemos paseando orondo de la mano de Luisa, consumiendo todo el conocimiento que aún nos faltó por conocer.

Son muchas otras cosas que se pudieran decir de este periodista que dejó una gran estela de dolor a su partida. Chao compañero, recuerda que tu silencio perfecto siempre enseñó.

martes, 1 de enero de 2008

Es para ti...

Hasta que no me aguanto...

Es que te tengo entre ceja y ceja...

Desde que nos vimos aquella noche de junio en el cumpleaños de una amiga..

y que la pasamos muy bien...

Tu sonrisa serena y el acompañamiento de quien te hace feliz fue la imagen perfecta...

El momento cumbre de tu vida fue el que nos separó, por el olvido mío, y por la necesidad de tenernos al lado...

Ahora sólo falta un perdón que ha querido salir, pero el orgullo nos aleja...

Me haces falta y cada vez miro a tu casa, sabiendo por quien me engendró, que estás bien...

Te extraño, pero ya es tarde, pero extraño tu escuchar pausado y tus consejos útiles...

Me hacen falta tus abrazos y la receptividad de tus familiares...

Bueno, sólo te pido PERDÓN, y que este año te colme de bendiciones...

AFAL